lunes, 1 de septiembre de 2008

Un Paseo en Micro

Mi prima en un acto de confianza me pide que le cuide su depto, en plena avenida Providencia - cuna del jolgorio, y actividades miles- mientras ella viaja por las europas….

Durante un mes me hice cargo de ese espacio, que fue tan generoso con esta humilde persona. Acogió a varios amigos en tiempos estivales, donde lo único que nos mantenía preocupados era ¿Dónde tomar las cervezas correspondientes, Qué nos deparará el nuevo día?..

Ese día había estado con la Ester y el Negro, nos emborrachamos a destajo con un rico vino blanco heladito, junto con las galletitas que me había dejado en la despensa mi prima. Al otro día desperté, desparramada en el sillón!!! (si se considera que me esperaba una cama de dos plazas en la habitación aledaña, te das cuenta de los niveles de decadencia a los que puedes llegar ) Mis pasos automatizados, se dirigieron a la cocina en busca de ese líquido que me quitara el cebollazo que sentía, cuando llegué al refri me di cuenta que el gas estaba dado…el grito fue mecánico…"estos hijos de puta se terminaron encamando y de tanto juguetear en la cocina dieron el gas”!!!!!

Fui verlos a la habitación, en ella no había señales de aquella afirmación - muérdete la lengua me dije a mis adentros - Sin embargo, el enojo todavía me pesaba en la cabeza, por lo que respondiendo a un acto de ofuscamiento- que debo decir muchas veces incurro a ellos- los destape y les dije:

- Webones el gas esta dado y quién sabe desde que hora…
- ¿Qué pasó?

Silencio más silencio más, ni ellos sabían… muy cortésmente ante tal falta de respuesta, vociferé

-Vístanse y se pueden ir a la re-chucha !!!

Después de dejar el depto ordenado - dentro de lo posible – me fui a mi hogar, era mañana de sábado por lo que, lo más seguro mi familia estaría preparando el desayudo…no es malo - pensé – unas tostadas con mantequilla y té con canela, luego el olor de mis sabanas harán el resto…

Al subir a la micro me di cuenta que mis manos portaban “El anticristo” de Nietzsche, lo mire y le di un gesto de indiferencia…lo menos que haría en ese momento seria mamarme a un existencialista de la puta madre…Me senté junto a una señora, al lado del pasillo, puteando… por no haberme subido primero y sentado al lado de la ventana. No pasan más de dos cuadras y se sube él, un moreno de bigotes con jeans, y una camisa a cuadros…mi mirada lo siguió descaradamente - con la resaca que traía no había espacio para prejuicios sociales.

En todo el trayecto mis ojos se iban al final de la micro y coincidentemente cada vez, él estaba ahí para recibirme con una sonrisa encubierta. A mi compañera de asiento le toco su turno de bajada, por lo que por fin me acomodaría para ver por la ventana y sentir el recorrido.

En mi mente me vi conversando con él, al principio con las típicas preguntas “me dices la hora…qué bonito esta el tiempo…dónde te bajas…” comprendí que eran tan idiota el dialogo que era mejor pensar en un giro drástico. Pensaba que tema sería el más pertinente, al no dar con ninguno, comencé a enrabiar, ya que luego me bajaría y el tiempo cada vez estaba más en contra.

Mientras veía esfumarse el perfil de los árboles en movimiento, comprendí que era una ilusa. Jamás él se sentaría a mi lado y mucho menos hablarme, eso eran sólo relatos de novelas, o peor, cuentos de niñas, esos mismo que nuestras madres nos obligaron a creer entupidamente. El reflejo de la ventaja me señalaba…evidenciaba lo pendeja que había sido en crear toda esa escena ficticia… Mire la portada del libro , el perfil de Nietzsche me venía a corroborar mi sentir. Mi rostro se desfiguro al compás del movimiento de la micro, sentí coraje y por sobre todo , me dio vergüenza de mi misma!!!

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